En este tiempo de inactividad internetera también hubo cambios en el terreno laboral.
Como había dicho en esta entradita, tras sacarme el título de Aux. de Geriatría, tuve la suerte de que me aceptaran en otro sobre atención especializada en enfermos de Alzheimer y en él, teníamos que pasar tres semanas de prácticas en la misma residencia en las que había hecho las anteriores.

Fue genial!!!

Y lo mejor fue, que antes de que terminaran las prácticas me ofrecieron trabajar allí una temporadita corta para cubrir una baja y yo... vamos! Ni me lo pensé! Aunque me entraron los siete males pensando que no estaría a la altura, pero mis compis de cursillo me dieron los ánimos y la confianza suficiente para lanzarme a ello. Incluso tuve la suerte de que en mi primer día de trabajo, como mis compis aun estaban haciendo las prácticas y ese día no había jefa de turno... pues pude conseguir que mi compi Marichu se viniera conmigo toda la mañana para echarme una manita y darme la confianza que me faltaba para cumplir debidamente con mis tareas matutinas ^_^

Mira que te quiero, tatica Marichu!!! Muacks! :D

Tras esos primeros días de nervios, me encontré enseguida super agusto. Las compañeras de trabajo allí en la residencia son la caña, es que hay un ambiente de trabajo que dudo mucho que lo vuelva a encontrar en otro lado... En esos primeros días de nervios en los que además ignoraba cual era la totalidad de mis obligaciones en mi turno, me sentí ayudada, apoyada y querida en todo momento.

Así que con tanto buen rollo entre las compis de trabajo, el trabajo en si, que es justamente de lo que yo quiero ejercer y el cariño que coges a los residentes... Pues me dolió montón el decir que no podría cumplir el contrato y que tenía que irme, ya que dió la casualidad que cuando llevaba como mes y pico currando... logré vender mi casa y la mudanza con mi gallego a tierras cántabras tenía que hacerse cuanto antes.

En la despedida con mis compis me hice la dura y no lloré, pero luego en casa... menudo berrinche :_)

En fin... Resumiendo... Fue cortita pero intensa mi primera experiencia laboral en una residencia y los recuerdos que me llevo tanto de compañeras, jefas y residentes no creo que se me borren nunca de la memoria.